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martes, 15 de febrero de 2011

La ley no es igual para todos


Ahora no tiene un Miró en el retrete, ni grifos de oro, ni caballos pura sangre. Pero en la cárcel de Alhaurín el Grande (Málaga) Juan Antonio Roca también tiene sus lujos y privilegios.
Mientras la población reclusa, 1.300 presos, comparte celda, el principal encausado de la Operación Malaya disfruta de dos celdas para él solito. En una duerme y se ha instalado un despachito y en la contigua guarda su archivo personal. Las llaman con retranca el "adosado".
Pero el privilegio del que disfruta este delincuente va más lejos. En la celda donde duerme tiene un ordenador portátil las 24 horas del día, con permiso para no separarse de él ni cuando sale a diligencias, un pen drive, 4 CDs y un disco duro externo.
En las Instrucciones de Seguridad del reglamento de prisiones se especifica que "no se autorizarán pen drives o cualquier otro soporte que pueda ser utilizado para introducir o extraer información de los ordenadores (DVD, Compact Disc o disquetes vírgenes)".
Además, el ordenador deberá situarse "en la sala informática o en los locales habilitados al efecto", en un armario "con llave". ¿Se ha saltado a la torera Roca estas normas?
No. El ex gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella "tiene autorización para disponer en su celda de tres cajas de documentación para su consulta, guardándose el resto de cajas en una celda contigua".
Este permiso se considera "un hecho único", no conociéndose otro caso similar en ninguna prisión española.
En Instituciones Penitenciarias, que depende del Ministerio del Interior, se sacuden las responsabilidades afirmando que "Instituciones Penitenciarias tiene la obligación de llevar a cabo lo establecido y acordado por la Audiencia Provincial de Málaga" que ha dado el permiso a Roca.

¿Quién aclara el por qué de estos privilegios?

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